Escribe algo

La imagen de un lápiz y un papel inundan mi ojos, aunque es un ícono pequeño, me perturba. «Escribe algo»

Sin pensarlo mucho hago clic en la figura, se abre un editor, en blanco. Como mis ideas.

De fondo la televisión, el Lorax y canciones de Dr. Seuss. Y mi mente… en blanco.

Esta situación me desborda. El confinamiento, estar cerca de algunos (gracias a Dios) pero lejos de muchos. Yo, que soy como aquel muñeco de nieve que adora los abrazos, muero, muero por un simple o complicado abrazo. Por celebrar la vida con amigos, como siempre. Por brindar y comer y platicar sin miedo, sin cubrebocas, sin virus de mierda. Sin miedo. Estar en la misma sala con mis hermanos y mis sobrinos, y jugar. Correr. Besarlos y apapacharlos. Quiero volver a sostener la mano de mi novio, besarlo… bailar, o no hacer nada, pero juntos.

Esto va a terminar, lo se. Pero para mientras, no termina. Y es cansado. Al final quisiera mandar a la fregada el distanciamiento social y al resto del mundo. En realidad, seguiré haciendo lo que puedo hacer para evitar mas contagios, para cuidarme y a los míos. Rezando porque mi locura no empeore, porque mi paz no se quiebre, porque mi libertad, la de verdad, no se vea doblegada ni por el confinamiento, ni por el virus… ni por el miedo.

Deja un comentario